Hasta que por fin es viernes, día en el cual los cazadores salen a la selva de cemento buscando presas con las cuales pasar un buen momento, muchos nos esmeramos en la faena, algunos lo conseguimos otros no, pero aun habrá 2 dos días más para divertirse. Un viernes es enigmático pues para muchos es el primer día de juerga.Por ello en este su espacio, todos los viernes lo dedicaré a asuntos más sociales, mutuos, personales, para que ustedes, unos cazadores en potencia puedan pulir su talento y por la noche estén listos para cumplir su destino.
Hoy comenzaremos la serie con un texto extraído de una lista a la cual me subscribí hace mucho tiempo y que de cierta forma me ha dado noción de ciertos errores que cometo a diario, trataré de que le saquen la lección del día ustedes mismos, pues sino ya estaría incurriendo a la trampa y volviendo ociosos a mis lectores.
Una historia que encierra una importante lección acerca de cómo comportarse con las mujeres ¿Puedes descubrirla?
Hoy quiero contarte una historia.
Es una historia que, muy posiblemente, te resultará sorprendente e inesperadamente familiar. No te asustes.
Ahí va:
Érase una vez que se era, un hombre que se sentía muy atraído por una mujer.
Al principio, simplemente era para él otra mujer atractiva más... pero cuanto más la conocía, más atraído se sentía por ella.
Cada minuto que pasaba a su lado, notaba como esa atracción crecía y crecía, hasta que llegó a convertirse en un profundo sentimiento de amor por ella.
Pero había un problema.
A medida que su amor aumentaba, también se sentía cada vez más y más inseguro.
¿Por qué?
Pues porque, en realidad, no tenía ni idea de si ella sentía o no lo mismo por él.
Algunas veces, ella le decía cosas como "¿Sabes? Eres muy importante en mi vida" o "Soy afortunada de tenerte como amigo"... pero nunca conseguía progresar más allá de esa fase de "amistad".
De vez en cuando, recibía de ella un abrazo o un beso en la mejilla. Incluso una vez, recuerda complacido, ella le cogió la mano durante largo tiempo, mientras él le contaba un problema familiar que le angustiaba.
Pero había algo fundamentalmente erróneo en este orden de las cosas... y él lo sabía.
Se daba cuenta de que ella no actuaba como una mujer que se estuviera enamorando. Más bien, actuaba como si fuera una amiga. Una buena amiga, eso sí, pero nada más.
La inseguridad que sentía se convirtió pronto en una espiral devastadora que se auto alimentaba.
Cuanto más inseguro se sentía, más miedo tenía de "echarlo todo a perder" al intentar besarla o pedirle que saliera con él. Por si esto fuera poco, a medida que su inseguridad aumentaba, menos tiempo parecía ella querer pasar a su lado.
Después de varios días (y noches) obsesionado con esta chica, llegó a la conclusión de que si ella supiera lo que él sentía, entonces, también sentiría lo mismo por él. Estaba seguro de ello.
Así que hizo una apuesta arriesgada.
Le contó, con profusión de detalles, todo lo que sentía por ella. Le confesó que estaba enamorado, que ella hacía latir su corazón como nadie antes lo había conseguido, y que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de poder estar a su lado.
Ella le miró con los ojos bañados en compasión y le dijo "Gracias. De verdad te lo agradezco... pero no quiero estropear nuestra amistad. Eres demasiado importante para mí. Lo comprendes ¿verdad?"
Y él dijo que sí...
Mintió.
Lo cierto es que no entendía nada de nada.
Con esa respuesta, ella sólo había conseguido confundirlo aún más.
No sabía de qué modo tomárselo
¿Quería decir que ella también le quería, pero que tenía miedo de que se estropeara la bonita relación que ahora mantenían, si la cosa finalmente NO salía bien?
¿Quería decir acaso que no estaba preparada aún para una relación larga?
¿Quería decir que no le quería, y sólo estaba intentando hacérselo ver de una forma sutil?
O
¿Quería decir que tenía que poner toda la carne en el asador y demostrarle DE VERDAD cómo se sentía?
Al final, resolvió que no podía más, y que no iba a permitir que la duda siguiera corroyéndolo por dentro como el gusano que, desde el interior, se come una manzana poco a poco.
Tenía que conseguirla.
Tenía que asegurarse de que ella entendía DE VERDAD cuánto la deseaba. Decidió dar un gran paso. Le compró un regalo y le escribió una larga, larguísima carta de amor, confesándole de nuevo sus encendidos sentimientos.
Y entonces lo impensable, lo que nunca (ni siquiera en cien años) hubiera podido imaginar, sucedió.
Ella no le contestó.
Ni ese día. Ni al siguiente. Ni tampoco al siguiente. Ni al que va después de ése.
La llamó tres veces al día durante casi una semana antes de poder finalmente hablar con ella.
Y cuando lo consiguió, ella se inventó una excusa. Muy mala, por cierto.
Le dijo que había estado muy, muy ocupada y que lo estaba también en ese mismo instante... "Te llamaré pronto. Ahora tengo que irme..." y colgó...
Pero nunca más lo llamó. Se cambió de número.
Durante los siguientes meses, él intento desesperadamente entender qué había fallado, comprender qué había ido mal. Intentó ordenar su cabeza, sacar una lección positiva de la experiencia y averiguar qué demonios había sucedido... ¿Sabes qué? Aún hoy está dándole vueltas al asunto.
En primer lugar, quiero preguntarte algo. ¿Te ha resultado familiar? ¿En alguna parte de la historia te has reconocido a ti mismo en un momento pasado de tu vida, puede que incluso de tu presente actual? ¿Te has sentido, al menos parcialmente, identificado y encarnado en ella?
¿Sí?
Lo sospechaba.
No, no tengo ninguna bola de cristal sobre mi escritorio en cuyo interior pueda ver reflejado tu pasado. Pero lo que sí tengo, es una comprensión bastante acabada de la psicología masculina.
Verás, lo cierto es que esa historia toca una fibra sensible en la mayoría de los hombres.
Es una historia atemporal. Es válida hoy para ti, y seguirá siéndolo mañana para tus hijos, y pasado mañana para los hijos de tus hijos.
La realidad es que todos nos hemos visto involucrados en una situación similar, en algún momento de nuestras vidas.
Incluso muchos de nosotros hemos estado en esa circunstancia VARIAS VECES a lo largo de nuestra existencia.
Historias y situaciones como ésa me FASCINAN.
Me apasionan porque veo en ellas una oportunidad de ENTENDER y RESOLVER los puzzles y desafíos que representan.
Afortunadamente, en este caso particular, hay una buena solución al problema planteado en la historia. La solución consiste en entender, de una vez por todas, un secreto que las mujeres comprenden a la perfección, pero que ESCAPA a la mayoría de los hombres.
Ese secreto se reduce al importante hecho de que si una mujer NO SE SIENTE PREVIAMENTE ATRAÍDA por un hombre, entonces todos los intentos que éste haga por confesarle su amor; todos los intentos que haga por convencerla de que le quiera, no sólo serán baldíos, sino CONTRAPRODUCENTES.
En otras palabras, no se trata sólo de que esos esfuerzos NO PRODUZCAN PROGRESO ALGUNO, sino que TE PONEN LAS COSAS MÁS DIFÍCILES. Son un paso atrás... y un paso de gigante.
Lo diré aún de una tercera forma diferente: En muchos caos, las cosas que un hombre hace para INTENTAR GUSTARLE a una mujer son, precisamente, las que provocan que A ELLA ACABE NO GUSTÁNDOLE. Son las que desencadenan que se dé a la fuga. Que huya despavorida.
¿He sido lo suficientemente claro?
Cuando equivocas el "cuándo", si te equivocas de momento, todas esas buenas intenciones y fuegos artificiales emocionales hacen que ella salga pitando.
¿Sorprendente? Lo es. ¿Triste? Sí, eso también.
Pero es lo que hay.
Por eso, espero que explicándote en detalle cómo funciona todo este proceso, te estaré también ayudando a evitar que esa dolorosa situación eclipse tu futuro.
ENTENDIENDO EL "PUFFF" DE LA MUERTE (DE TUS OPCIONES)
Nunca me dejará de sorprender el hecho de que, nosotros los humanos, a menudo no somos conscientes del verdadero mensaje que estamos transmitiendo a los demás.
Creemos decir una cosa, cuando, en realidad, comunicamos otra bien diferente. Frecuentemente, incluso diametralmente opuesta a la que pretendíamos inicialmente.
Un ejemplo:
¿Has tenido alguna vez el infortunio de oír monologar a uno de esos tipos que sólo habla de sí mismo y de sus "notables" logros; de su gran valía y de sus muchos éxitos?
¿Has pensado entonces "No creo que este tío sea consciente del mensaje profundo que sobre sí mismo está comunicando a los demás"?
Sí, también yo lo he pensado.
En su fuero interno, él cree estar causando admiración. Incluso puede que piense que los demás opinan de él que es un tipo interesantísimo, al que vehementemente desean conocer.
En realidad, lo que piensa todo el mundo es...
¡A este tío no hay quien lo aguante! ¡A ver si se calla ya de una vez!
Todo ello aderezado con algún insulto despectivo que se intercala entre cada dos palabras, y que no sería oportuno reproducir aquí.
Con las mujeres, esa disonancia entre lo que se comunica y lo que se cree comunicar también ocurre.
Debes tener en cuenta que si haces algo para "conseguir que una mujer sepa lo que sientes", creyendo que así vas a enamorarla, entonces estás pisando un peligroso terreno de arenas movedizas.
No me importa lo que tú creas o dejes de creer estar comunicando en ese momento en que te declaras, lo que es seguro es que si ELLA NO SE SENTÍA PREVIAMENTE ATRAÍDA HACIA TI, entonces estás empeorando la situación.
Sé que tus intenciones eran buenas. Sé que, secretamente, creías que, al confesarle tu amor, ella caería rendida a la evidencia de tu encanto, pero lo cierto es que has estado tirando piedras a tu tejado.
¿Por qué?
Pues porque, al hacerlo, probablemente hayas abierto la caja de Pandora y liberado en ella un sentimiento al que me gusta referirme con el onomatopéyico nombre de "Pufff"
¿Y qué es eso de "Pufff" te preguntas?
Es un sentimiento de agobio, tan intenso como pueda ser el sentimiento de ATRACCIÓN, sólo que actúa en sentido contrario al de ésta.
La atracción es buena, juega a tu favor. El "pufff" está en el campo contrario. Juega contra ti.
Cuando una mujer lo siente, ESTÁS ACABADO.
Has gastado tu último cartucho... y has errado el disparo.
Se fini
Haz el petate y vete con la música a otra parte.
En cuanto una mujer siente el agobiante "Pufff" en sus carnes, empieza a comportarse de un modo muy diferente. Frecuentemente, desaparece de tu vida.
¿De dónde he sacado yo esta idea del "Pufff"?
Pues, lo creas o no, la he sacado de las propias MUJERES.
Verás, he escuchado a varias amigas utilizar la palabra "Pufff" para describir el agobio que sentían después de haber oído la confesión y declaración de amor de un hombre por el que ellas no sentían lo mismo.
"Pufff" qué agobio
"Pufff" y ahora qué hago
"Pufff" sabía que esto iba a pasar
"Pufff" no es culpa mía que él haya sacado la conclusión errónea.
¿Por qué se produce este sentimiento? Y ¿Por qué debería una mujer sentir algo así por un hombre que sólo esta intentando ser amable y bueno con ella, dándole un regalo y contándole como se siente?
¿Es que acaso las mujeres son crueles?
Antes de proferir a voz en cuello un rotundo sí, detente un segundo a considerar las cosas desde su perspectiva.
Si lo haces, te darás cuenta de que, en el mismo instante en el que haces cualquier confesión de tu amor por ella, creas un PUNTO DE INFLEXÍÓN en la relación
Me explico.
Verás, hasta ese momento, eras inofensivo.
No te engañes: Ella ya sabía que le gustabas. Las mujeres siempre saben qué sienten los hombres. Lo sabía desde el principio.
Pero ahora que has empezado a perseguirla y a hablarle de cómo te sientes, has creado una TENSIÓN NEGATIVA que resulta muy incómoda para ella.
Has activado una emoción de ansiedad que la repele de ti.
Entiéndelo
No puedes "conseguir gustarle a una mujer" o "cambiar lo que ella siente por ti" declarándote a ella y diciéndole el modo en que TÚ te sientes.
Y, sin embargo, los hombres comenten este error una y otra vez en la vida porque, en ese momento, creen estar haciendo lo que DEBEN HACER.
En otros términos, lo que hacen en ese momento, TIENE MUCHO SENTIDO para ellos... y el hecho de que lo tenga, revela muy a las claras que no tienen ni idea de cómo funciona el mecanismo de la ATRACCIÓN.
Muchos hombres viven bajo la falsa y peligrosa creencia de que SIEMPRE es bueno expresar que una mujer les gusta, cuando eso sucede.
De algún modo, creen que hacerlo forma parte del proceso natural y necesario para conseguir a una chica.
En el interior de sus cabezas, ven las cosas siguiendo esta ilación (¿lógica?):
Si te gusta à Díselo à Tú también le gustarás a ella
Alerta: Si sigues este patrón con las mujeres que NO SE SIENTEN ATRAIDAS por ti, entonces, vas a meter la pata hasta el fondo.
Si no le gustas previamente, entonces la cosa más bien será del siguiente modo:
Le gustas como amigo à Le dices que te gusta à La pierdes para siempre.
LA SOLUCIÓN
En realidad, hay dos posibles soluciones para este problema.
La primera solución describe qué hacer cuando estás en una situación en la que te gusta una determinada chica, pero no sabes aún si el sentimiento es recíproco y ella siente lo mismo por ti o no.
Respuesta: VES POCO A POCO CON ELLA. NO TE PRECIPITES.
No le compres todavía un buen regalo y le escribas una apasionada carta de amor...
No le envíes una docena de rosas rojas al trabajo con una nota que diga "De tu admirador secreto"
No la llames tres veces al día.
Y, SOBRE TODO, NO CONFIESES TU AMOR por ella. RESÍSTETE. NO LO HAGAS. No aún.
Como regla de oro, no vayas NUNCA más rápido con ella de lo que ELLA va contigo.
Observa atentamente las pequeñas señales que ella emite para saber qué siente y, si no sabes cómo leer y crear situaciones que revelen esas señales, entonces (maldita sea) APRENDRE.
Preguntarle directamente a una mujer si está interesada en ti como pareja, o preguntarle si eres "su tipo" DESHACE LA MAGIA Y DESTRUYE TOTALMENTE cualquier posibilidad que pudieras tener.
Te lo digo en serio. Créeme.
La segunda respuesta (y la mejor con diferencia) es evitar desde el principio meterse en esos berenjenales.
¿Y cómo se hace eso?
Se hace creando ATRACCIÓN desde el principio.
Se hace entendiendo a la perfección la dinámica de cómo y por qué se desencadena en las mujeres la respuesta física y emocional a la que llamamos ATRACCIÓN.
Se hace sabiendo lo que se está haciendo DESDE EL PRINCIPIO.
Obvio ¿verdad?
Reflexiona: ¿Que es mejor, pegar burdamente los mil pedazos en los que ha quedado desmembrado el jarrón chino después de caerse al suelo desde lo alto de la estantería, e intentar que no se note la chapuza, o impedir que se caiga en primer lugar?
No hace falta que te diga la respuesta.
¿Y cuál es la mejor manera de aprender como crear atracción, esa destreza que es tan esencial para la vida como pueda ser el comer o el dormir?
Por fin, pensaba que nunca ibas a preguntarlo...
La mejor manera de aprender cómo conseguir que una mujer sienta ATRACCIÓN por ti es comprar mi libro "La ciencia de la seducción". Sin caer en falsas modestias: Creo que no existe mejor manera.
He invertido varios años de mi vida estudiando el modo en que los seductores "naturales" se comunican con las mujeres, y desentrañando cómo sus palabras, el tono de voz y su lenguaje corporal los convierte en imanes para ellas.
Y te puedo decir una cosa... No es magia.
No tienes que ser rico ni famoso.
Y no tienes que tener SUERTE.
Lo que tienes que hacer es APRENDER.
Seducir es una destreza... Exactamente como lo pueda ser montar en bici o tocar un instrumento musical... y, honestamente, creo que es una destreza que
CUALQUIER hombre puede aprender si lo desea.
Sin embargo, no es sensato que intentes descifrar el código tú solo, empleando un patrón de "ensayo y error" continuado. A menos, claro está, que tengas mucho tiempo (y muchas ganas de fracasar).
Debes entender que la mayor parte de las claves para conseguir que las mujeres sientan ATRACCIÓN por ti no son en absoluto obvias.
De hecho, muchas de ellas no tienen ningún sentido (desde el punto de vista de un hombre) Por eso, si nadie te lo explica, si no conoces los secretos, son la ÚLTIMA cosa que harías.
Bueno esta historia nos deja con la incógnita y las ganas de querer leer el libro, depende de ustedes si quieren hacerlo. Pero si le han sacado el provecho pueden encontrar la respuesta escondida, les invito a entrar a la Web del autor para que se enteren de algunas cosas extras sobre la seducción y provecho con su salida de hoy dia.
